Porque la vida se trata de eso, de cumplir sueños. El Monte Perdido es el emblema de Ordesa, la cima desde dónde se observa todo el Parque Nacional, ese que me ha visto crecer y del que atesoro grandes recuerdos. Lograr hacer cima en este pico tiene un gran significado para mí y aunque hubo momentos en los que me fallaron las fuerzas, las ganas pudieron. Mi primer 3000 y no será el último. Eso se llama, amor por las montañas.