Ya sea con sol, nublado o con lluvia, Biarritz siempre es un buen plan. Sus casas con ventanales y puertas de colores, sus extensas playas de arena, el surf, los atardeceres. Sí, los atardeceres aquí son otra historia, la luz y la energía que desprenden hace que se te olvide todo. Pura felicidad y medicina para el cuerpo.